jueves, 9 de abril de 2015

EL SEPULCO ESTABA VACÍO



Él debía de resucitar de entre los muertos
(Jn. 20, 9)

Tomada de: educarconjesus.blogspot.com
El sepulcro estaba vacío. María Magdalena fue la primera en confirmar que lo estaba. Siguió Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús. Son tres los testigos de la “vaciedad” del sepulcro en donde habían colocado el cuerpo de Jesús, aquel hombre que los había apasionado por el Reino. Ese mismo Jesús que les había lavado los pies (Cfr. Jn. 13, 5), que les había hablado del Amor, no como una actitud más para la vida, sino como una propuesta para vivir la vida toda (Cfr. Jn. 13, 34). El sepulcro estaba vacío. 

Este domingo pasado, domingo de Resurrección, meditamos la profunda experiencia de encontrar el sepulcro vacío. ¿Qué significa encontrarnos con esta verdad? Para los seguidores de Jesús, la noticia cayó como balde de agua fría. La reacción fue “echar a correr”, primero, al descubrir que Jesús no estaba y segundo, al enterarse de la noticia. María Magdalena, aquella mujer de la que Jesús había expulsado siete demonios (Cfr. Lc. 8, 2), es la primera testigo del acontecimiento pascual y corre a anunciarlo a los dos discípulos. La hazaña de encontrar el sepulcro vacío hace que los primeros testigos crean. 

Hoy en día, en medio de tanto bombardeo sobre cómo ser, qué pensar, a dónde ir, principalmente de los medios de comunicación (internet, radio, televisión, periódicos), pero también de quienes creen que caminan con la verdad en la mano, bien cabe la pregunta, ¿y nosotros en qué creemos? La Resurrección de Jesús es la apuesta de Dios por permanecer con nosotros, de hacer visible su amor en medio de nosotros. Sí, así de insondables son sus preceptos. Creer en Jesús resucitado implica reconocer una presencia viva que nos provoca, nos convoca y nos invoca a vivir de manera radical, ese amor por la humanidad, a pesar de que el sepulcro esté vacío.

Esta realidad del Misterio Pascual es tan asombrosa y real para nosotros, que la tenemos que re-vivir no sólo como un acontecimiento que quedó atrás, sino con la plena convicción de que es algo presente, algo vivo y que acontece cada día.

Que tengan buen fin de semana y a disfrutar del fútbol, buenas noticias y una que otra patada.

Tisca, SJ
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lunes, 2 de marzo de 2015

Brasil, ¿es sólo fútbol?

"Nací para el fútbol como Beethoven para la música".
Pelé
Tomada de: http://www.wincomparator.es/futbol-brasileno-en-vivo

    Definitivamente los estereotipos hacen que la vida sea más divertida. No por los prejuicios que te pueden generar sobre determinados temas, culturas, etc., sino por las sorpresas que te puedes llevar al toparte con dichos estereotipos.
Como muchos de ustedes saben, a partir de enero llegué a Belo Horizonte (Aquí juegan en Atlético Mineiro y Cruzeiro), Brasil, para estudiar. Mi estancia será por tres años, así que tengo mucho que aprender de este colorido país. Sin embargo, la primera impresión es la que ha llamado mi atención y tiene que ver con los estereotipos que quizá tenemos de los brasileños. La verdad es que son muchos, precisamente ahora me está preguntando un buen amigo que vive en Zacatecas, México, que si vivo en Río o en São Paulo... Brasil es mucho más que eso.

Tomado: http://fotosmundo.net/top-10-viajes-2014-lonely-planet/
Uno de los estereotipos que quizá se tiene sobre los brasileños es el que me anima a escribir hoy: "Los brasileños realmente son buenos en fútbol". Bueno, la verdad es que sí, digo, no por eso han sido Campeones del Mundial de fútbol cinco veces (1958, 1962, 1970, 1994, 2002), y  también tienen dos Sub-campeonatos (1950 y 1998).

Cuando llegué a Brasil, me reservé los juicios y dejé que este asunto fluyera. Y fue fluyendo... Efectivamente es un estereotipo. Es como la imagen que tienen, por ejemplo, los propios brasileños sobre los mexicanos: "El Chavo del 8, Thalia, RBD" México no es eso así como Brasil tampoco es sinónimo de fútbol.

Si bien es cierto, la intensidad con la que se vive aquí el fútbol es muy diferente a como se vive en México. La semana pasada tuve la oportunidad de ir al juego de Atlético Mineiro vs Atlas en la Arena Independência (Toda una cábala porque ahí ganaron la Libertadores). Y no, no es el Mineirão donde acaeció aquel 7-1 contra Alemania. La torcida (barra, porra, etc.) no para de cantar en todo el juego, claro en México también sucede, sin embargo, aquí son TODOS los aficionados. Sí, la torcida está integrada por todos los asistentes al encuentro... el eco de los cantos hace cimbrar las paredes del estadio.



También es cierto que muchos juegan fútbol y juegan bien, pero no los 200 millones de brasileños. Creo que una diferencia bien radical es que aquí el gobierno ha sabido aprovechar el gusto por jogar bola para crear espacios deportivos y lanzar iniciativas para erradicar el alcoholismo y la drogadicción en los sectores más desfavorecidos socialmente hablando; sí, aquí aparecen las famosas favelas que podemos conocer viendo un glorioso filme brasileño: Cidad de Deus del reconocido director brasileño Fernando Meirelles nominado al Oscar en 2003.

Con todo, Brasil es mucho más que fútbol. Brasil también es música (Samba, Bossa-Nova, Pagode, Sertanejo, Forró, Axe, MPB, por citar algunos), literatura (Jorge Amado, José Mauro De Vasconcelos
Machado de Assis, Paulo Coelho), folklor (Carnaval en Rio de Janeiro, Pernambuco y Bahia). La siguiente vez que vuelvas a hablar de Brasil, acuérdate que no todo es fútbol.

Que tengan buen inicio de semana y a disfrutar del fútbol, buenas noticias y una que otra patada.

Tisca, SJ
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viernes, 27 de febrero de 2015

Una montaña iluminada

"Subió con ellos a una montaña alta"
(Mc. 9, 2)
Tomada de: educarconjesus.blogspot.com
       Me gustaría comenzar esta reflexión haciendo varias preguntas, ¿desde dónde es más fácil tener una vista panorámica de algún lugar? Efectivamente, desde la punta de un monte, desde un lugar muy en lo alto. ¿Qué tiene de característico este lugar? Así es, suele ser solitario, silencioso, te permite, incluso, reflexionar cosas, contemplar otras.

Para los judíos, el monte representaba lugar de encuentro con lo divino, lugar de oración, lugar de teofanía.
En esta perícopa, el evangelista narra que llevó a Pedro, a Santiago y a Juan. Una vez ahí, se transfiguró. ¿Qué significado tiene esto? ¿Qué es transfigurarse? Sin duda, es mostrar lo verdaderamente divino de Jesús que nos invita a renunciar a lo verdaderamente humano. 

La presencia de Moisés y Elías son fundamentales, ya que el primero representa La Ley (Torah) y el segundo representa a los Profetas (Nebiim), es decir, en Jesús se resume y se plenifica toda la caminada del pueblo de Israel, su historia, sus costumbres, sus tradiciones. Para los Judíos, La Ley y los Profetas son muy importantes, representan la Alianza y el cuidado de ella.   

Y claro, los discípulos presencian este evento y cómo no habrían de asustarse. La respuesta de Pedro "Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas" precisamente representa ese deseo de no descender del monte, de no volver a la realidad; representa el miedo de renunciar a lo mundano, incluso al propio proyecto, los propios sueños y optar por un proyecto que se consumará con la Muerte y Resurrección de Jesús.

Vivamos esta semana con la invitación a dejarnos interpelar por la invitación del Jesús, que siendo verdaderamente Dios y verdaderamente hombre, nos lanza a vivir este tiempo cuaresmal reflexionando en aquello que podemos hacer porque este mundo sea mejor y, por una u otra cosa, nunca hemos hecho o hemos dejado de hacer.

Los dejo con un poema de José María Rodríguez Olaizola, SJ, sobre la Transfiguración.

Debajo de la piel,
muy dentro,
en lo profundo,
arde un fuego
poderoso.

La fuerza
de un Dios late, discreta,
en el pozo de los anhelos
y los sueños.

A veces asoma, y es
palabra humilde,
caricia,
gesto de amor,
mirada humana,
alegre bullicio,
silencio reconciliado.

Brillan más los ojos,
un fulgor distinto colorea el rostro,
se entonan
melodías vivaces,
ese canturreo crece,
contagia a muchos,
y por un instante de comunión
nace un clamor de júbilo.

Se está bien aquí.
Menos uno, y más nosotros.
Luego se impone la vida
con sus rutinas.

Pero sabemos que
debajo de la piel,
muy dentro,
en lo profundo,
late Dios.

Que tengan buen fin de semana y a disfrutar del fútbol, buenas noticias y una que otra patada.

Tisca, SJ
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lunes, 23 de febrero de 2015

Mi 11 de la Historia


"Ningún jugador esta bueno como todos juntos"
Alfredo Di Stéfano


     
     Hace una semana, compartía con todos ustedes mi 11 inicial de la actualidad y ahora me di a la tarea de hacer lo propio con jugadores que han dejado huella en el fútbol a lo largo de su historia. Tengo que afirmar lo complicado que resultó elaborar este cuadro, puesto que la historia tiene, como se dice comúnmente en México, "hasta pa' aventar pa' arriba".


PORTEROS

Jean-Marie Pfaff (Bélgica) Este excelente guardameta fue subcampeón de la EURO de 1980, además de semifinalista en la Copa del Mundo de 1986 en México. En 1987 fue declarado el mejor portero del mundo según la IFFHS. Como profesional defendió varias casacas, entre la que destaca la del Bayern Múnich en donde fue campeón en tres ocasiones.

Peter Schmiechel (Dinamarca) Este carismático futbolista defendió durante muchos años la playera del Manchester United en donde ganó cinco títulos de liga, tres de la FA Cup y una UEFA Champions League en 1999. Junto con su selección se consagró Campeón de la EURO 1992. Participó en el Mundial de Francia en 1998.


DEFENSAS

Héctor Chumpitaz (Perú) Campeón de la Copa América en 1975 con su selección. Participó en dos Copas del Mundo (1970 y 1978) Ocho veces campeón en el torneo de Liga de Perú. Considerado como uno de los mejores defensores en la historia del fútbol de Latinoamérica y uno de los defensores más goleadores con 65 dianas en 456 partidos.

Franz Beckenbauer (Alemania) Apodado como el "Káiser", Franz es uno de los referentes de tesón, compromiso y amor a la camiseta. Campeón de la Copa del mundo en 1974 y de la EURO en 1972. Obtuvo tres UEFA Champions League con el Bayern Múnich además de cuatro torneos de la Bundesliga.

Franco Baresi (Italia) Este futbolista desarrolló toda su carrera en un sólo equipo: Milán. Fue tres veces campeón de la UEFA Champions League y seis veces campeín de la Serie A de Italia. Campeón del Mundo en 1982.Considerado el segundo mejor futbolista italiano por debajo de Paolo Maldini.

Marcos Evangelista de Moraes - Cafú (Brasil) Es uno de los referentes en la defensa en la "Canarinha" en todos los tiempos. Ha ganado la Copa Libertadores, la Liga de Campeones, la Copa Intercontinental y la Copa Mundial de Clubes a nivel Clubes; ganando Cafú también la Copa Mundial de Fútbol (1994 y 2002), la Copa América y la Copa FIFA Confederaciones con su Selección Nacional.


MEDIOCAMPISTAS

Enzo Francescolli (Uruguay) Era conocido, por su estilo clásico y elegante, como El Príncipe. Participó en dos Copas del Mundo, 1986 y 1990. Tres veces campeón de la Copa América con la "Celeste". Campeón un par de veces con el River Plate de Argentina.

Lothar Matthaus (Alemania) Es el futbolista alemán con más partidos jugados con la selección nacional. Prácticamente desarrolló su carrera futbolística en el Bayern Múnich y el Ínter de Milán. Participó en 5 Copas del Mundo: 1982, 1986, 1990, 1994 y 1998. Campeón del Mundo en 1990 derrotando a la Argentina de Maradona que le había arrebatado trofeo cuatro años antes en México y campeón de la EURO en 1980.

Carlos Caetano Bledorn Verri - Dunga (Brasil) Campeón del Mundo en 1994. Dos veces campeón de la Copa América y una Confederaciones. A lo largo de su carrera visitió la playera de 10 equipo

Zinedine Zidane (Francia) Es considerado como el máximo exponente del fútbol mundial de mediados de los años 90 y principios del 2000. Campeón del Mundo en 1998, de la EURO en el 2000 y de la Champions League con el Real Madrid en 2002, siendo él el autor del gol de la victoria y, para muchos, el mejor de todos los tiempos en Champions.

Gheorghe Hagi (Rumania) Conocido como el "Maradona de los Cárpatos", considerado el mejor futbolista rumano de todos los tiempos y uno de los mejores centrocampistas ofensivos de Europa de los 80 y 90. Participó en 3 Copas del Mundo, 3 Euro Copas. Visitó la playera del Real Madrid y del Barcelona.


DELANTEROS

Edson Arantes do Nascimento - Pelé (Brasil) Considerado como el mejor jugador de todos los tiempos. Conocido como "El Rey", Pelé fue campeón del Mundo en tres ocasiones: 1958, 1962 y 1970. Marcó 760 goles en 831 partidos oficiales. Pelé solamente jugó en dos equipos (Santos y Cosmos N.Y). Jamás jugó en Europa.

Diego Armando Maradona (Argentina) Con la selección consiguió la Copa Mundial de 1986 y el subcampeonato en la Copa Mundial de 1990. Sus logros más importantes a nivel de clubes los obtuvo jugando para el Nápoles de Italia, donde ganó una Copa de la UEFA (1989) y los únicos dos scudettos que posee la institución (1987 y 1990).

Marco Van Basten (Holanda) Con el Ajax Ámsterdam obtuvo: tres ligas , tres copas y la Recopa de Europa. Con el AC Milan obtuvo dos veces la Copa de Europa, dos veces campeón de la Supercopa de Europa, dos veces la Copa Intercontinental, varias veces campeón de la Serie A. Campeón de la EURO en 1988 con Holanda.

Johan Cruyff (Holanda) Militó diez temporadas en el primer equipo del Ajax Ámsterdam (Campeón en 8 ocasiones), fichando en 1973 por el FC Barcelona (un título), del que se marcharía en 1978. Recibió el Balón de Oro en tres ocasiones (1971, 1973 y 1974), marca que comparte con Michel Platini, Marco Van Basten y Cristiano Ronaldo. Subcampeon del mundo en 1974.


En resumen:
6 Latinoamericanos: 3 brasileños, 1 argentino, 1 peruano, 1 uruguayo.
9 Europeos: 2 holandeses, 2 alemanes, 1 belga, 1 danés, 1 francés, 1 rumano y 1 italiano.

Los dejo con el que para mí, ha sido el mejor gol en Champions League y, que a la postre, le daría el título al Real Madrid: Zinedine Zidane al Leverkusen.


Que tengan buen inicio de semana y a disfrutar del fútbol, buenas noticias y una que otra patada.

Tisca, SJ
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viernes, 20 de febrero de 2015

Convertirse y creer


"El Reino de Dios está cerca. Conviértanse y 
crean en la Buena Noticia" 
(Mc 1, 15)

Tomado de: http://eugenirodriguezadrover.com/
     La fe ha ganado muy mala fama en los siglos recientes. Si uno pregunta a cualquier persona en la calle, te va a decir que la fe es creer en cosas absurdas e irracionales. Que es darle prioridad a la superstición por sobre la ciencia, al mito por sobre la experiencia, al cuento por sobre la observación. Es preferir al miedo por sobre la confianza del ser humano en sí mismo. El famoso salto de la fe ignora las razones y los fundamentos para alcanzar al cielo. La religión, en ese escenario, se reduce a la magia. No es ética ni espiritual. Es un método para manipular a los ángeles y demonios. Rito y rezo son elementos del Play Station celestial.

Muchos creen que la fe es enemigo de los impulsos, que sólo sirve para reprimirlos y, en algunos casos, para eliminarlos completamente. No se conocen impulsos buenos. El cristiano formado por la televisión te va a explicar que la fe es una opción por la ceguera voluntaria. Te va a decir que creer significa ponerse cadenas y olvidarse de hacer las cosas que uno quiere. Si se trata de una persona que tiene que asumir responsabilidades, te va a decir que la fe está bien para la abuelita, pero que el hombre hecho y derecho tiene que subirse a la camioneta, tomar el manubrio y gestionar el acontecer, sin atados, rollos ni prohibiciones arbitrarias.

Pregunta por la fe, y si tu entrevistado es un hombre moderno -pero todavía no ateo- te va a decir que es cosa de cada uno, tan personal como para ser incomprensible para los demás. Su religiosidad existe en un universo solitario. Así,cada loco con su tema, nada para compartir, nada sagrado y ninguna meta común. El respeto por las creencias ajenas se reduce a tolerancia. No le molesto para que no me moleste. Sólo hay que aguantar al otro, sin escucharlo en verdad, sin amarlo, ayudarlo, ni dialogar con él. En esta nueva iglesia atomizada, se entiende cualquier intercambio de ideas, sentimientos o convicciones como imposición indebida. Quien se persigna en público ya infringió los derechos humanos del otro.

Si la fe no es más que una puertecita secreta por la cual uno se escapa a su propio mundo de fantasía, entonces no sirve para los discípulos de Jesús. Su llamado a convertirse y creer en el evangelio tiene cualidades y características definitivas. Es una invitación a mirar al mundo real desde la perspectiva de un Padre que ama incondicionalmente. Su convocatoria es una oportunidad para involucrarse en la realidad concreta a partir de la nueva prioridad del amor al prójimo. El Reino de Dios es una propuesta auténtica de salvación, justicia y paz.

Jesús no es un angelito efímero. No es un holograma al cual cada uno le puede proyectar sus emociones difusas. El Cristo es más que un vapor para absorber los sentimientos ilógicos y justificar las violencias moralizantes de los que quieren adquirir los beneficios eternos de haber profesado la fe. No hay nadie más sólido, definido e consistente en la historia. Da la vida por la compasión sin fronteras, por la solidaridad sin excepciones, por la inclusión sin límites.

¿De dónde viene esta noción moderna de fe escapista, de religión espiritualista, de Dios con sus ángeles sentados sobre una nube tocando harpas sin importarle nada del mundo afligido ahí abajo? ¿Cuándo nació ese catolicismo que reza por las almas en el purgatorio sin levantar un dedo para salvar al hermano que sufre aquí? ¿Cuál es la fuente bíblica del protestantismo que salta la cordura para alcanzar la salvación individual sin importar lo que pasa los demás? ¿De dónde viene ese éxtasis pentecostal que llora por la presencia, pero no sabe vivir en paz con el mundo real?

Voy a formular una hipótesis para la reflexión. Se comienza a notar el salto de la fe en el pensamiento de Lutero. Es curioso, porque pretendió superar la superstición católica, pero ha vuelto con fuerza. El evangélico moderno practica su fe para asegurar la buena suerte en la vida. En ese tiempo, el renacimiento de las ciencias clásicas obligó al cristiano a colocar su religión en un archivo separado. La competitividad de la economía renacentista lo obligó a limitar la solidaridad a pequeños gestos simbólicos. El Protestantismo es la fuente del individualismo radical del hombre moderno. Lutero habló de la sola fides: afirmar a Jesús Cristo como tu salvador personal; sin nada de obras, gestos, oraciones ni sacramentos. Colocó una brecha entre religión y realidad. Vivimos con esa brecha hasta el día de hoy. Pero no fue la propuesta de Jesús.

Cuando Jesús proclamó el Reino de Dios, hizo algo parecido a lo que hizo Martin Luther King en su discurso famoso de 1963. Tuvo un sueño de compasión y fraternidad que llegaría a ser realidad cuando la gente lo creyera. La confianza de muchos, el esfuerzo en conjunto que brota de un ideal compartido, es la precondición del mundo nuevo donde reine la paz.

La conversión del cristiano es mucho más que arrepentirse de los pecaditos. Significa dejar todo atrás y apostar la vida por un nuevo mundo transformado, consagrado y redimido en Cristo. Para eso, la fe es una opción razonable, urgente y esencial.

Tomado de: Territorio Abierto |  Nathan Stone, SJ., 28 de enero de 2015.

Que tengan buen fin de semana y a disfrutar del fútbol, buenas noticias y una que otra patada.

Tisca, SJ
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