martes, 28 de octubre de 2014

¿Tiene el cristianismo algo que decir en medio del marco de violencia que acaece en nuestro país?

     En principio, sospecho que la pregunta viene cargada de una cantidad de aseveraciones que podrían caer en contradicciones. En primer lugar, porque es una pregunta que denotará respuestas hablando de términos morales y éticos, que podrían ser muy cuestionables por los sectores activistas que han llevado a bien la denuncia de las violaciones a los derechos fundamentales de quienes han sido víctimas, en este caso, quiero Ayotzinapa. En segundo lugar, porque más allá de las denuncias que se pretendan hacer, la denuncia profética siempre incomoda y esa incomodidad también puede ser objeto de contradicción.
Quisiera comenzar esta reflexión citando a Walter Brueggemann, teólogo protestante, quien afirma que: “es más característico del pueblo de Israel el quejarse que el lamentarse; es decir: Israel no manifiesta resignación, sino más bien expresa un sentido ‘militante’ de considerarse agraviado”[1] La situación actual de nuestro país es similar a la del pueblo de Israel cuando estaba sometido a la esclavitud de parte de los egipcios.
Tomada de: www.animalpolitico.com
Hoy, nuestro México, se ve sometido al martirio, a la violación, al asesinato. La pregunta que acompaña de fondo estas afirmaciones es ¿Por qué? ¿Por qué están asesinando a nuestros estudiantes? Muchas podrán ser las elucubraciones de las que broten respuestas absurdas, sin fundamento, por cumplir.
La misión de los cristianos, en medio de esta realidad de violencia desmedida por la que atravesamos, no es la de simplemente mirar al cielo y pedir por nuestro hermanos; tampoco es solamente ofrecer largas jornadas de ayunos y sacrificios, ni mucho menos únicamente cumplir los preceptos que manda el Catecismo, no. La misión de cristiano, del creyente, del que realmente conoce las implicaciones del significado de su doctrina, es la de ser profeta. Dice Brueggemann que “consiste, ante todo, en hablar y ser respondido, en gritar y ser escuchado”[2].

Hoy, los cristianos estamos invitados a ser “otro Jesús en la tierra” como citaba incansablemente San Enrique de Ossó, el santo de Catalunya. 
Bárbara Andrade, teóloga que colaboró muchos años en el Departamento de Ciencias Religiosas de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, en sus charlas compartía que a Jesús hay que comprenderlo desde estos verbos en infinitivo y que, a la par, muestras su misión: perdonar, curar, incluir y compartir.
Tomada de: www.ororadio.com.mx 
Ser profeta en medio de esta realidad de violencia: anunciando y denunciando, es la forma en la que los cristianos estamos llamados a llevar a bien. Hay que llevar esperanza en medio del dolor: incitando siempre el perdón evangélico; hay que curar (que muchas veces se alcanza a través de la escucha profunda y la empatía) a quienes han sido víctimas pero también a los victimarios; hay que incluir, es decir, que nuestras propuestas no sólo sean incendiarias, sino que propongan alternativas para que ninguno quede excluido; y finalmente compartiendo, es decir, haciéndonos hermanos en medio del sufrimiento y el dolor, no solo de los desaparecidos, sino de las familias que día con día esperan que sus hijos lleguen a casa y todo regrese a la normalidad. 

Si, el cristianismo tiene mucho que decirnos en medio de esta situación aterradora de violencia, de cinismo, de impunidad. La tarea es saber si escuchamos con los oídos o con el corazón para así evitar, como lo dije al principio, caer en contradicciones. El cristianismo es una paradoja que tiene que ser siempre discernida, porque incluye al excluido, opta por el pobre, pero se sienta a la mesa con el publicano, ese es el verdadero cristiano.

El cristianismo tiene mucho que decirnos hoy en día, y para quienes somos cristianos o por lo menos nos decimos cristianos, ¿estamos dispuestos a escuchar y vivir las invitaciones que nos hace desde el evangelio? 

Que tengan buena semana y a disfrutar del fútbol, buenas noticias y una que otra patada.

Tisca, SJ
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[1] Brueggermann, Walter. La imaginación profética. Sal Terrae, Santander, 1986, pág. 22.
[2] Ibid., pág. 24.

lunes, 13 de octubre de 2014

El profeta de la cancha

"El fútbol ocurre en la hierba y en la agitada conciencia
de los espectadores. La crónica vincula ambos territorios"
Juan Villoro
Cortesía: www.mediotiempo.com
Corría aproximadamente la mitad del segundo tiempo del encuentro entre México y Panamá en el Estadio Corregidora de Querétaro, casa de los Gallos Blancos de Ronaldinho, Sinha y compañeros.
Tengo que aceptar que ya llevaba varias "cabezaditas" y un concierto de bostezos con los que casi construyo toda una sinfonía.

De repente, las cámaras de la televisora del Ajusco, enfocan a otro "pseudoaficionado" (y lo pongo entre comillas porque yo no lo considero así) que entra a la cancha. Y digo otro, porque en el cotejo del jueves pasado en Tuxtla Gutierrez, Chiapas, varios hicieron la heroica hazaña. Seguramente durmieron calientitos esa noche. Volviendo al domingo, a la hora del enfoque, dejé de lado mi sinfonía y presté atención al valiente: “IMSS, impunidad y nepotismo”, fue la leyenda que el joven puso al frente de la playera, mientras que en el pantalón instaló “Caso Iguala”, haciendo referencia a los jóvenes asesinados y desaparecidos de la Escuela Normal de Ayotzinapa en Guerrero.

Mi primera reacción fue pensar en la trascendencia que esto podría tener. Cuántos millones de aficionados la fútbol, incluido yo, estábamos viendo la misma imagen y trayendo a nuestras mentes tanto el caso de ABC y el de los normalistas. Pero ahí no acaba todo, en la parte posterior de su playera escribió “Mexicanos artos (sic.)”, además de una lista de reclamos: “Corrupción”, “Impunidad”, “Violencia” y “Pobreza”.
 
El partido terminó, México ganó y bla bla bla... De pronto, una vez que la televisora corta la transmisión, entra un spot del Gobierno Federal que nos anuncia los miles de kilómetros que se han construido de carreteras y del sistema ferroviario que conectará México y Toluca así como México y Querétaro... ¿Qué? Sí, esa fue la respuesta inmediata frente a lo acaecido con el "profeta de la cancha" como le bauticé. Pero no sólo fue uno, no, en menos de diez minutos se aventaron seis spotos del Gobierno Federal recordándonos que ha cumplido sus promesas. Me quedé en shock.

¿Qué hay detrás de todo esto? En primer lugar, me pareció enormemente plausible el valor del "profeta de la cancha" porque nos recuerda que no basta el pan y circo con el que desvían nuestra atención (que conste que me incluyo), sino que hay que tener presente la realidad que acontece en nuestro país. Y no se trata de responder que eso no tiene nada que ver conmigo y con mi vida, porque seguramente somos millones de mexicanos pensando eso, sino que se trata de asumir que nuestra sociedad ya está cansada, estamos cansados, de tanto de lo mismo, de la corrupción, de la impunidad, del mal gobierno... Criticamos pero no hacemos nada. Ayer este valiente se atrevió a romper con el conformismo que nos caracteriza y se lanzó al terreno de juego, en donde encontramos a nuestros guerreros y se atrevió a anuncia y denunciar, como lo hacen los profetas, la realidad que vive nuestro país y que muchas veces no queremos ver.

La respuesta de parte del gobierno fue enfatizar que no pasa nada, que ellos están trabajando por construir un México mejor. ¿Qué de verdad están ciegos o se hacen los ciegos? Ayer, un país entero, o por lo menos los que gustamos del fútbol, fuimos testigos de algo que en mi memoria, no había sucedido anteriormente: un aficionado manifiesta su malestar, su inconformidad en contra del gobierno, en un partido de la Selección Mexicana.

Increíble la afronta con la que tenemos que caminar constantemente. No puedo evitar recordar este cortometraje producido por Circo Volador en 2009, que, paralelo a la comisión del Bicentenario, también se dispusieron a ¿celebrar? los 200 años de la Independencia de México y 100 de la Revolución.


Que tengan buena semana y a disfrutar del fútbol, buenas noticias y una que otra patada.

                                                                                                                                                                      Tisca, SJ
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miércoles, 20 de agosto de 2014

¿Y las Chivas, nuestras Chivas?



"Este club vencerá o morirá, hasta el final, a base del talento y el esfuerzo de once jugadores mexicanos"
-Don Ignacio López Hernández, Presidente del Guadalajara, 1942.

Hace algunos días, don Hilario, el encargado de que mi casa esté en pié, me preguntaba con toda verdad, qué le está pasando a las chivas, a nuestras chivas. Lo primero que vino a mi mente fue encontrar, estructuralmente un culpable. Y realmente no se sí lo hay. Primero, culpar a Vergara me parece injusto, recordando que fue él quien salvó al equipo de aquel derrumbe económico, político y deportivo al Guadalajara de la hoy desaparecida Promotora Deportiva Guadalajara. Segundo, los jugadores... Pues quizá el Tigres tendría una palabra más adecuada para tal efecto. Tercero, los entrenadores... Hijole, pero ¿a cuál de todos? Bustos, Lavolpe, Azcargorta, Ardiles, Galindo, De la Torre, Guzmán, Ruggeri... Cuarto, la afición. No puedo creer que un equipo de esta tradición, de esta envergadura, siga sin poder llenar el recinto ubicado por Periférico y Av. Vallarta, y conste que los cuatro años que estuve por allá, prácticamente fui a los respectivos juegos.

No cabe duda que sí quisiéramos encontrar un culpable, seríamos todos. Desde los directivos hasta el más pequeño de los aficionados al equipo. ¿Por qué tal afirmación? Permítanme recordarles la historia de nuestro equipo para ver sí ahí encontramos las respuestas.

En 1906, un conjunto de trabajadores de una tienda de almacén, congregados por estudiantes extranjeros, se reunían en torno a una pelota de fútbol, si, el naciente Club Unión aparecía en la Gudalajara de inicios del siglo XX. A los pocos años, guiádos por el interés de popularizar al equipo, adoptan el modelo europeo y bautizan al equipo como Club Deportivo Guadalajara asentando que solamente jugarían mexicanos. Ojo, vean ustedes quienes son los verdaderos fundadores.

Fue hasta 1943, con la naciente Liga Mayor, que el equipo debutó profesionalmente junto con otros equipos, entre ellos, el Club América, que a la postre, se convertiría en el acérrimo rival. Ojo, el clásico no lo generó la rivalidad misma, sino la televisora que buscaba posicionarse en el medio futbolístico y televisivo. 

Durante los años 50´s y 60´s, el equipo recibió la mota de campeonísimo, puesto que en un periodo de 10 años, ganó 7 Toneos de Liga, ganando 5 de manera consecutiva. Personajes como Jaime "Tubo" Gómez, José "Jamaicón" Villegas, Guillermo "Tigre" Sepúlveda y el inmortal Salvador "Chava" Reyes, será recordados por la enorme carga simbólica que representa para sus seguidores. Ojo, díganme ¿Qué otro equipo en el balompié nacional, considerando torneos sin liguilla sino los llamados torneos largos, ha conseguido 7 campeonatos en diez años? ¿Barça? ¿Madrid? ¿United?

En los 90´s, la directiva encabezada por la Promotora Deportiva Guadalajara, se ve sumergida por una crisis económica y de diseño a futuro del tan popular equipo de fútbol. Esta época arrojó una estralla más a la playera, en 1997.  Habian pasado ya 12 años del último campeonato ganado. Ojo, una crisis muy severa. Para los que no recuerden, Vergara asumió la compra del equipo más la deuda de la directiva por la compra de jugadores como Hermosillo, Peláez, García, etc.

Fue entonces cuando en el año 2002 apareció una nueva figura: Club Deportivo Guadalajara A.C., en donde las motivaciones principales para la afición fue la construcción de un proyecto en el que las "Chivas" se convirtieran en el "Mejor Equipo del Mundo"... Y solo se ha logrado un Campeñanto (2006) en 12 años, sí, 12 años... Ojo, se salva al equipo pero la crisis de campeonatos y de identidad está muy por debajo de las promesas.

Desde entonces, sólo se ha profanado lo más sagrado que tiene el fútbol: La ilusión de ver al equipo campeón. Entrenadores y directivos han venido y se han ido, los patrocinadores han llegado y se han ido, jugadores "estrellas" han llegado y se han ido, aficionados han llegado y otros se han ido.
Hoy en día, el equipo está pelenado por no descender a la Liga de Ascenso, el equipo tiene una directiva, incluyendo desde la cabeza, que no se pone de acuerdo, que no tienen un proyecto, que no dan muestras de saber acerca de fútbol, etc. Tenemos una afición de a medias, pues en la buenas ahí estamos, pero en las malas somo excelentes, como es el caso, para generar críticas en vez de alentar y apoyar.

¿Culpables? Yo creo que todos tenemos nuestra parte, pero invito al verdadero aficionado a apoyar, a salir a la calle con la playera bien puesta, a demostrar que las crisis de afrontan, no se evaden. Y a ti jugador, directivo, lo mismo, hay que afrontar y encarar, que no nos queda de otra, pues la historia que arrastramos significa mucha tradición, muchas costumbres y eso, es lo que realmente pesa en los corazones de los chivistas.

Que tengan buen fin de semana, buen puente y a disfrutar del fútbol, buenas noticias y una que otra patada.

                                                                                                                                                Tisca, SJ
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domingo, 10 de agosto de 2014

"De bien en mejor subiendo"

Ha concluido la jornada 4 de nuestro balompié mexicano con el desangelado empate a cero entre los "melenudos" de la UdeG y los diablos rojos del Toluca. Una jornada que desde el viernes amenazaba con aburrir a los amantes del fútbol con el 0 a 0 entre Monarcas y Tijuana, pero que con los 5 juegos del sábado se resolvió la difícil ecuación deportiva.
Tomada de: www.facebook.com/LigaBancomerMX

Una jornada que nos presenta 20 goles, lo que arroja un promedio de 2.2 goles por encuentro, sin embargo, teniendo en cuenta que esta jornada tuvo la particularidad de abrir y cerrar con empates a cero. Es importante destacar que de estos 20 goles, 11 fueron logrados por mexicanos mientras 9 por extranjeros, lo que me anima a suponer que vienen cosas buenas para los nuestros, en nuestra liga, en nuestros estadios.

Este día traje en la mente un tema del cual me gustaría compartirles algunas palabras, me refiero a la ilusión que el fútbol genera. Hoy tuve la oportunidad de asistir a CU por invitación de un muy buen amigo y durante grandes lapsos, que por cierto enmarco lo aburrido del partido, pudimos platicar al respecto. 

Tomada de: http://play-reactor.com/2014/04/02/112168/
¿Qué es la ilusión? El Diccionario de la Real Academia Española afirma que ilusión es un: "concepto, imagen o representación sin verdadera realidad, sugeridos por la imaginación o causados por engaño de los sentidos" ¿Vivimos engañados? ¿Qué es lo que es producto de nuestra imaginación desde el deporte más practicado en el mundo entero? Recuerdo con asombro las palabras del maestro Galeano: "El fútbol profesional hace todo lo posible para castrar esa energía de felicidad, pero ella sobrevive a pesar de todos los pesares. Y quizás por eso ocurre que el fútbol no puede dejar de ser asombroso". Precisamente el fútbol es capaz de construir sobre los aficionados ese ideal imaginario que nos hace alcanzar esas "victorias que la vida nos niega entre semana". El fútbol y los futbolistas mismos nos hacen reír, nos hacen llorar, nos hacen apasionarnos, nos ilusionan, es decir, nos montan un mundo de imposibilidades sobre los que ponemos todo como amantes del fútbol. Al final, simplemente queda el glorioso anhelo de ver a nuestros equipos campeones. 

Olallo Rubio, director mexicano de cine, presentó a mediados del semestre anterior un documental (Ilusión Nacional) que muestra cómo se ha ido construyendo este concepto y cómo es que ya forma parte de la idiosincrasia mexicana y no se equivoca al argumentar que "en cada derrota hay una victoria", y así es, detrás de cada derrota esa victoria se llama ilusión, es decir, aquello que podría llegar pero ese "podría" lo hace carecer de realidad.

Que tengan buen inicio de semana y a disfrutar de buenas noticias y una que otra patada.
Tisca,SJ
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sábado, 9 de agosto de 2014

"No teman. Soy yo"

"La fe es el fundamento de la Iglesia. La fe, la confianza y el coraje"
Carlo María Martini, SJ
(Última entrevista, septiembre de 2012)

Mañana celebramos el XIX domingo del tiempo ordinario y el Evangelio nos propone reflexionar acerca de la fe, pero una fe cimentada en Jesús, no en cosas pasajeras y banales.
Cortesía: http://www.diocesismalaga.es/
Previo a este pasaje, Jesús invitó a quienes le seguían a compartir, más allá de lo que les sobra, los enseñó a compartir lo que tienen y ponerlo al centro para alimentar a todos. Jesús, capitán de la barca (Iglesia), nos anima a vivir nuestra fe construida sobre cimientos sólidos, duraderos. ¿Cuáles son estos cimientos? Jesús mismo, su propuesta del Reino y sus enseñanzas, son la calve para cimentar la fe. Pedro, temeroso y confundido, pone su fe en él mismo, en sus capacidades y, como dice el texto, "comenzó a hundirse" (Mt. 14, 30). Jesús nos abre el camino para no hundirnos, para no equivocarnos, para caminar con la certeza de que en Jesús no perderemos jamás el rumbo.
El mismo Ignacio de Loyola descubrió que cimentando la vida en cosas "del mundo" la brújula no funciona de la misma manera, por eso, en la conocida iluminación del Cardoner, Ignacia descubre que: "estando allí sentado se le empezaron abrir los ojos del entendimiento; y no que viese alguna visión, sino entendiendo y conociendo muchas cosas, tanto de cosas espirituales, como de cosas de la fe y de letras; y esto con una ilustración tan grande, que le parecían todas las cosas nuevas" (Autobiografía No. 30) Cuando a Ignacio de le "abren los ojos del entendimiento", la vida ya no fue igual. En los Ejercicios Espirituales, texto que expresa todo el contenido de la experiencia espiritual de Ignacio en Manresa, Ignacio apunta como introducción lo que él llama Principio y Fundamento, que no es otra cosa que la cimentación de nuestra fe en Dios mismo.
Ojalá que este tiempo vayamos atreviéndonos a preguntar en qué está cimentada nuestra fe. 

Que tengan un lindo fin de semana y a disfrutar del fútbol, buenas noticias y una que otra patada.  
 Tisca, SJ
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martes, 8 de julio de 2014

Hegemonía que determina al fútbol

Tomada de: http://historiadelfutbolboliviano.com/category/historia-de-nuestro-futbol/
Están por comenzar las semifinales de la Copa del Mundo Brasil 2014. Frente a frente habrá un equipo europeo y una latinoamericano, Alemania enfrenta al anfitrión Brasil mientras que Argentina enfrenta al sub-campeón Holanda. Más allá de toda especulación que estos encuentros puedan provocar, las cuatro escuadras han pasado a esta instancia sin mostrar un juego sólido, limpio y que realmente deje de qué hablar en un sentido positivo. ¿Casuística? ¿Historia? ¿Hegemonía?

En la historia de las Copas del Mundo (19 ocasiones sin contar la actual), a partir de la primera realizada en 1930 y hasta la anterior en el 2010, 5 selecciones europeas han sido campeonas del mundo (Italia en 4 ocasiones, Alemania 3, Inglaterra 1, Francia 1 y España 1) sumando en total 10 trofeos; en tanto que solamente 3 selecciones latinoamericanas lo han sido (Brasil 5, Argentina 2 y Uruguay 2) sumando en total 9 trofeos. A partir del Mundial de Chile en 1962, los campeones se habían estado intercalando: un latinoamericano y un europeo (Brasil, Inglaterra, Brasil, Alemania, Argentina, Italia, Argentina, Alemania, Brasil, Francia, Brasil, Italia) siendo España, en el Mundial pasado, quien rompiera esta estadística. 
Ningún equipo europeo ha ganado una Copa del Mundo en terrenos americanos, pues de los 19 torneos, 7 han sido de este lado del mundo y los campeones han sido latinoamericanos. Así mismo, de los 19 mundiales, solamente 6 han sido anfitriones y campeones al mismo tiempo (Uruguay, Italia, Alemania, Argentina, Inglaterra y Francia).

Las estadísticas podrían engañarnos pero si nos dan un panorama muy sensato de las historia de las Copas del Mundo.

Si bien es cierto, el origen del fútbol como deporte estructurado, con un reglamento que indique cómo se debe jugar este deporte, es europeo, los latinoamericanos han demostrado que han entendido muy bien de qué se trata este deporte. 
Tomada de: www.acanomas.com
El antecedente más antiguo que se tiene del fútbol en Europa es el harpastum, un juego de pelota con el cual se entrenaba a los legionarios romanos hacia los años 40 d.C. y que consistía básicamente en llevar una bola hasta el lado contrario pero utilizando la violencia necesaria. Sin embargo, en las culturas mesoamericanas, el juego de pelota se practicaba desde 1400 a.C., con el matiz de ser parte de un rito, incluso religioso, pero que no dista mucho de lo que se practicaba en Europa, principalmente en Italia.

El calcio florentino llegaría a finales de la Edad Media en donde jugaban 27 contra 27 y donde lo más importante eran los insultos entre quienes apoyaban a cada equipo. 
Tomada de: www.fedeciv.com.ve
¿Los ingleses inventaron el fútbol? No, lo que estos hombres hicieron, propiamente Mr. Ebenezer Cobb Morley (1863), fue ponerle reglas a la mezcla entre harpastum y calcio florentino que ya se jugaba en Inglaterra en el siglo XIX, pero fue hasta 1927, es decir, tres años antes de la primera Copa del Mundo, que el reglamento se adecuó casi tal y como hoy lo tenemos, con las dimensiones de la cancha, las reglas del tiempo, cantidad de jugadores, uniformes, etc.

Estos antecedentes y datos estadístico me sirven solamente para asentar el tema de la historia, sin embargo, una historia que sugiere muchas preguntas que quizá en estos días se aclaren: los europeos le ponen reglas al fútbol pero no pueden ganar en América; las mejores ligas del mundo son la Premier League de Inglaterra y La Liga BBVA de España y sus selecciones ni siquiera calificaron a Octavos de Final; los mejores representantes del balompié mundial, según la lista elaborada por la FIFA en 2004, 31 son latinoamericanos y 83 son europeos, sin embargo, los más grandes de entre los grandes, para mí, por lo que significaron y por el fútbol que realizaron, son Pelé y Maradona, respetando tiempos, modos y formas.

http://www.garuyo.com/deportes/los-mejores-goles-del-mundo
Finalmente me gustaría resaltar, como dije al principio, que las cuatro escuadras llegan a las semifinales mostrando básicamente suerte de ganadores, más no un fútbol efectivo, lúcido y que realmente nos haga pensar que hay un sólido candidato al campeonato. Las 4 escuadras que se quedaron en cuartos de final (Colombia, Bélgica, Costa Rica y Francia) mostraron, en mi opinión, más fútbol, más pasión, más entrega, pero, determinados por una historia hegemónica, acompañada de estos sencillos datos históricos pero que sin duda determinan la psicología del que está en el terreno de juego. Quizá el mundo no estaba preparado para ver campeón a Colombia o Costa Rica.

Que tengan buena semana y a disfrutar del fútbol, buenas noticias y una que otra patada.
Tisca, SJ
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lunes, 7 de julio de 2014

El fútbol como religión secular universal



"El fútbol se ha vuelto una cosmovisión, una forma de 
entender el mundo y de dar sentido a la vida"

 Leonardo Boff | 29 de junio de 2014

La presente Copa Mundial de Fútbol que se está celebrando en Brasil, así como otros grandes eventos futbolísticos, asumen características propias de las religiones. Para millones de personas el fútbol, el deporte que posiblemente moviliza a más gente en el mundo, ha ocupado el lugar que comúnmente tenía la religión. Algunos estudiosos de la religión, solo para citar a dos importantes como Emile Durkheim y Lucien Goldmann, sostienen que la religión no es un sistema de ideas; es antes «un sistema de fuerzas que movilizan a las personas hasta llevarlas a la más alta exaltación» (Durckheim). La fe viene siempre acoplada a la religión. Ese mismo clásico afirma en su famoso libro Las formas elementales de la vida religiosa: «la fe es ante todo calor, vida, entusiasmo, exaltación de toda la actividad mental, transporte del individuo más allá de sí mismo» (p.607). Y Lucien Goldamnn, sociólogo de la religión y marxista pascaliano, concluye: «creer es apostar a que la vida y la historia tienen sentido; el absurdo existe, pero no prevalece».

Mirándolo bien, el fútbol para mucha gente cumple las características religiosas: fe, entusiasmo, calor, exaltación, un campo de fuerzas y una permanente apuesta de que su equipo va a triunfar.

El espectáculo de la apertura de los juegos recuerda una gran celebración religiosa, cargada de reverencia, respeto, silencio, seguido de ruidosos aplausos y gritos de entusiasmo; ritualizaciones sofisticadas, con músicas y escenificaciones de las distintas culturas presentes en el país; presentación de los símbolos del fútbol (estandartes y banderas), especialmente la copa, que funciona como un verdadero cáliz sagrado, un santo Grial buscado por todos. Y está, dicho sea con respeto, la bola que funciona como una especie de hostia que es comulgada por todos.

En el fútbol como en la religión, tomemos como referencia la católica, existen los once apóstoles (Judas no cuenta) que son los once jugadores, enviados para representar al país; los santos de referencia como Pelé, Garrincha, Beckenbauer y otros; existe demás un Papa que es el presidente de la FIFA, dotado de poderes casi infalibles. Viene rodeado de sus cardenales que constituyen la comisión técnica responsable del evento. Siguen los arzobispos y obispos que son los coordinadores nacionales de la Copa. Enseguida aparece la casta sacerdotal de los entrenadores, portadores del especial poder sacramental de poner, confirmar y quitar jugadores. Después vienen los diáconos que forman el cuerpo de los jueces, maestros-teólogos de la ortodoxia, es decir, de las reglas del juego, que hacen el trabajo concreto de conducir el partido. Al final vienen los monaguillos, los jueces de línea, que ayudan a los diáconos.

El desarrollo de un partido suscita fenómenos que ocurren también en la religión: se gritan jaculatorias (estribillos), se llora de emoción, se reza, se hacen promesas divinas (Felipe Scolari, entrenador brasilero, cumplió su promesa de ir a pie, unos veinte km, hasta el santuario de Nuestra Señora del Caravaggio en Farroupilha si ganaba Copa ese año, como así sucedió), se usan amuletos y otros símbolos de la diversidad religiosa brasilera. Santos fuertes, orixás y energías del axé son evocadas e invocadas.

Existe hasta una Santa Inquisición, el cuerpo técnico, cuya misión es velar por la ortodoxia, dirimir conflictos de interpretación y eventualmente procesar y castigar a jugadores o incluso a equipos enteros.

Así como en las religiones e Iglesias existen órdenes y congregaciones religiosas, así hay «aficiones organizadas». Tienen sus ritos, sus cánticos y su ética.

Hay familias enteras que se van a vivir cerca del Club de su equipo, que funciona como una verdadera iglesia, donde los fieles se encuentran y comulgan sus sueños. Se tatúan el cuerpo con los símbolos de su equipo y no bien acaba de nacer un niño que a la puerta de la incubadora ya es adornado con los símbolos del equipo, es decir, recibe ya ahí el bautismo, que jamás debe ser traicionado.

Considero razonable entender la fe como la formuló el gran filósofo y matemático cristiano Blas Pascal, como una apuesta: si apuestas a que Dios existe tienes todo a ganar; si después no existe, no has perdido nada. Entonces es mejor apostar a que existe. El hincha vive de apuestas (cuya expresión mayor es la lotería deportiva o la quiniela), de que la suerte favorecerá a su equipo o de que pase algo en el último minuto del juego, que cambie todo y finalmente gane, por muy fuerte que sea el adversario. Así como en la religión hay personas referenciales, lo mismo sucede con los cracs.

En la religión existe la enfermedad del fanatismo, de la intolerancia y de la violencia contra otra expresión religiosa; lo mismo ocurre en el fútbol: grupos de un equipo agreden al equipo contrario. Apedrean autobuses y pueden ocurrir verdaderos crímenes, de todos conocidos, de hinchadas organizadas y de fanáticos que pueden herir y hasta matar a seguidores del otro equipo.

Para muchos, el fútbol se ha vuelto una cosmovisión, una forma de entender el mundo y de dar sentido a la vida. Hay quienes sufren cuando su equipo pierde y están eufóricos cuando gana. 
 
Yo personalmente aprecio el futbol por una simple razón: portador de cuatro prótesis, en las rodillas y en los fémures, jamás podría hacer esas carreras y dar esos saltos y estiradas. Hacen lo que yo nunca podría hacer, sin caer y romperse. Hay jugadores que son artistas geniales de creatividad y habilidad. No sin razón, el mayor filósofo del siglo XX, Martin Heidegger, no se perdía un partido importante, pues veía en el fútbol la concretización de su filosofía: la contienda entre el Ser y el ente, enfrentándose, negándose, componiéndose y formando el imprevisible juego de la vida, que todos jugamos.

Texto tomado del blog del autor

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viernes, 4 de julio de 2014

¿Qué hay detrás del "no era penal"?

Cortesía: www.mascaradelatex.com
Han pasado ya 5 días desde la eliminación de la Selección Mexicana de la Copa del Mundo Brasil 2014. Una profunda tristeza sigue gobernando las mentes y los corazones de millones de mexicanos, que como yo, pensamos que en esta ocasión sería diferente, y no los culpo, pues ya lo dijo Armando Nogueira en la introducción al libro: "Chivas, la Historia del club Guadalajara", de Jaime "Tubo" Gómez: "Estas son las victorias que la vida nos niega" (refiriéndose a los tan anhelados domingos futboleros) y en verdad las hemos estado esperando desde hace mucho tiempo. Sin embargo, una cosa es vivir el momento, apasionarnos, enojarnos, gritar... Y otra cosa cosa es vivir sumergidos en la sutil mediocridad de creer que ahí se nos ha ido la vida y el fútbol mismo.
No me he cansado de reír de la creatividad del "mexicano justificado" al expresar sus infortunios pamboleros a través de las redes sociales y, que a través de los mismos y después de 5 días, aún me siguen causando gracia. Muchos amigos me han estado bombardeando con una cantidad considerable de memes de todo tipo, pero principalmente con la ya conocida y no asumida leyenda del "no fue penal".
¿Qué hay detrás de esta frase? ¿Qué hay detrás de esta manifestación pictográfica llena de sentimientos y justificaciones? No cabe duda que para el mexicano, las victorias, sobre todo las deportivas, distan mucho de la realidad atlética por la que atraviesa nuestro país. Ya ha quedado atrás la medalla olímpica en el balompié hace 2 años, los gloriosos triunfos de taekwondo y halterofilia, las medallas en marcha y maratón, etc. 
Fotos tomadas en www.google.com
Conozco muchas historias de niños y jóvenes que le apuestan a la formación deportiva y atlética, que anhelan participar en la Olimpiada Nacional, representar a sus estados y posteriormente irse posicionado para alcanzar calificación a los Panamericanos y finalmente a las Olimpiadas. En el camino, las constantes son: no hay apoyo, no hay presupuesto, y así podemos seguir plasmando justificaciones. En el fútbol la cosa no queda muy distante, las fuerzas básicas, escuelas de fútbol (filiales) y de ahí para arriba. La situación es la misma: hay que dejar casa, estudios, y enfocarse para llenar los ojos de entrenadores, directivos, representantes y así tener la tan anhelada oportunidad de debutar y mantenerse en 1ra división

Estas pequeñas victorias hacen del deportista un sujeto responsable, entregado, profesional, sin embargo, los que somos aficionados, no comprendemos qué hay detrás de la vida de un deportista, se nos olvida que también tuvieron sus sacrificios y que no dejan de ser tan similares a nosotros. La justificada frase "no era penal" vista desde las dos partes, tiene, desde mi reflexión, dos significados: Para el futbolista, la derrota podrá no significar un fracaso, pues podríamos ponerlos a la par de un empresario que no pudo realizar un negocio, ambos, le dan la vuelta a la página y sus carreras siguen. El futbolista regresa a su país, se siente acompañando por su familia y pronto se reportará con su club para comenzar el siguiente torneo. Pero, para el aficionado, esta situación si tienes una notable trascendencia que, para quienes no lo son, como es el caso de muchos amigos mios, no logran concebir en el andar cotidiano de la sociedad; estamos hablando del depósito de una esperanza, de una oportunidad de sentirse unido a algo y que ese algo no le niegue lo que lo cotidiano si lo hace. Juan Villoro, en numerables entrevistas ha afirmado que este deporte le ha dado identidad al mexicano y que es un excelente pretexto para reunirse, para estar al mismo nivel: ricos y pobres, obreros y empresarios, campesinos y burócratas.

La mencionada frase del "no fue penal" tiene de fondo este deseo que se quedó nuevamente en el aire y que refiere ciertamente al depósito de esperanzas, trascendencia y sobre todo unidad, que se hundió en un cuarto partido en una Copa del Mundo... sin embargo, "NO ERA PENAL".

Que tengan un lindo fin de semana y a disfrutar del fútbol, buenas noticias y una que otra patada.
Tisca, SJ
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martes, 1 de julio de 2014

SELECCIÓN MEXICANA: UN CONJUNTO APLASTADO POR LA DETERMINACIÓN Y LA REALIDAD

Cortesía: mediotiempo.com


Juan Villoro en su texto más reciente titulado “Balón Dividido” nos cuenta que: No es por presumir, pero me llevo bien con la derrota. El mérito no es mío sino del fútbol mexicano. Si nuestra alegría dependiera del marcador seríamos profesionales de la tristeza. Los resultados adversos y los goles fallados a un metro de la portería nos han acostumbrado a disfrutar del juego sin pedirle demasiado a la diosa Fortuna. Y qué razón tiene al expresarlo. No cabe duda, que la realidad siempre se impone. Empiezo a creer, a estas alturas de mi vida, que efectivamente el cielo es azul, que el América es el equipo más odiado de este país y que la Selección Mexicana llega, y llegará, a octavos de final enmarcada por un terrible determinismo histórico.

Hace una semana, al compartir mi reflexión sobre los octavos de final, estaba plenamente convencido de que esta escuadra azteca pasaría a la historia así como lo hicieron quienes representaron al país en Londres 2012 y se trajeron por primera vez en la historia una medalla dorada en el balompié. Durante 70 minutos del duelo contra Holanda realmente creí en que esta vez sería diferente y que el hastag #YoSiCreo realmente se vería reflejado en un resultado histórico que nos hiciera llegar nuevamente a cuartos de final así como sucedió en el mundial de 1986. Pero la realidad de impuso.

¿Qué pasó en los últimos 20 minutos antes de que el árbitro pitara el final del encuentro? La historia futbolística detrás de una nación, la idiosincrasia mexicana resumida en un “si se puede” y el miedo a lanzarnos a alcanzar grandes ideales, nos cayeron como balde de agua fría y sucedió lo que en la últimas 5 Copas del Mundo nos había sucedido: nos descalificamos. Si, así como lo leen, nos descalificamos.

¿Es responsabilidad del árbitro? ¿Es responsabilidad de la FIFA? ¿Es responsabilidad de Miguel “Piojo” Herrera”? Creo que es un buen momento para dejar de justificar nuestras derrotas, dejar de culpar a otros por responsabilidades que son nuestras, o más bien dicho, de los 11 que estuvieron en la cancha. ¿Cuál es mi análisis de lo acaecido el domingo pasado? Estamos determinados por un “ya merito” ocasionado por un enorme temor a trascender. No es culpa de Sneijder quien atinadamente sacó un obús para empatar el encuentro, tampoco es culpa de Pedro Proenca en pitar un penal que acertadamente marcó Huntelaar; el problema es que “no nos la creemos”, la Selección Mexicana dejó de jugar los últimos 20 minutos así como jugo los 70 anteriores, dejaron de jugar compactadamente y comenzaron a deshacerse del esférico con el temor de tener a los holandeses en el área. Esto, sin duda, muestra mucho de lo que es nuestra historia, nos conformamos con una probadita en vez de entrarle de lleno al banquete. Juan A. Birch, un buen amigo mío, que por cierto es holandés, me hacía caer en la cuenta de que efectivamente sí tenemos notas constitutivas de conformistas: […] cuando Hidalgo estaba cerca de la ciudad de México, habiendo ganado una batalla importante, y quedando pocos soldados reales en la capital, decidió, contra el consejo de Allende, no tomar la capital y se le fue de las manos la victoria de la guerra de independencia... Cuando Pancho Villa tenía a Obregón en sus manos, en lugar de fusilarlo, como merecía este traidor, lo dejó ir y luego Obregón le pagó el favor, decimando las tropas de Villa en una serie de batallas sangrientas de Celaya hasta Aguascalientes... Cuando el PAN sacó al PRI de Los Pinos, Fox y Calderón siguieron políticas priistas neoliberales y resultaron más corruptos que el mismo PRI, despilfarrando esta oportunidad histórica para lograr la victoria de la justicia sobre la injusticia. Y hay otros eventos históricos de esta índole.

Recuerdo con gran acierto que esta historia vivida contra Holanda fue muy similar ante Alemania en 1998 y en el 2006 ante Argentina, pues en ambas ocasiones la Selección Mexicana comienza el encuentro ganando y  terminan dándole la vuelta al marcador. Pareciera entonces que estamos determinados por esta historia del “jugamos como nunca y perdimos como siempre”, que a pesar del trabajo en conjunto, de los entrenamientos, de los mexicanos militando en Europa, la realidad nuestra es la de conformarnos con este cuarto partido y, como dice Villoro: “acostumbrarnos  del juego sin pedirle demasiado a la diosa Fortuna”.

Por lo pronto vendrá próximamente Olimpiadas, Confederaciones y la FEMEXFUT ha ratificado al “Piojo”, veremos si la historia sigue siendo para nosotros la posibilidad de seguir soñando o de plano, la determinación y la realidad son producto simplemente de nuestro conformismo e imaginación.  

Que tengan una buena semana y a disfrutar del fútbol, buenas noticias y una que otra patada.
Tisca, SJ
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