lunes, 13 de octubre de 2014

El profeta de la cancha

"El fútbol ocurre en la hierba y en la agitada conciencia
de los espectadores. La crónica vincula ambos territorios"
Juan Villoro
Cortesía: www.mediotiempo.com
Corría aproximadamente la mitad del segundo tiempo del encuentro entre México y Panamá en el Estadio Corregidora de Querétaro, casa de los Gallos Blancos de Ronaldinho, Sinha y compañeros.
Tengo que aceptar que ya llevaba varias "cabezaditas" y un concierto de bostezos con los que casi construyo toda una sinfonía.

De repente, las cámaras de la televisora del Ajusco, enfocan a otro "pseudoaficionado" (y lo pongo entre comillas porque yo no lo considero así) que entra a la cancha. Y digo otro, porque en el cotejo del jueves pasado en Tuxtla Gutierrez, Chiapas, varios hicieron la heroica hazaña. Seguramente durmieron calientitos esa noche. Volviendo al domingo, a la hora del enfoque, dejé de lado mi sinfonía y presté atención al valiente: “IMSS, impunidad y nepotismo”, fue la leyenda que el joven puso al frente de la playera, mientras que en el pantalón instaló “Caso Iguala”, haciendo referencia a los jóvenes asesinados y desaparecidos de la Escuela Normal de Ayotzinapa en Guerrero.

Mi primera reacción fue pensar en la trascendencia que esto podría tener. Cuántos millones de aficionados la fútbol, incluido yo, estábamos viendo la misma imagen y trayendo a nuestras mentes tanto el caso de ABC y el de los normalistas. Pero ahí no acaba todo, en la parte posterior de su playera escribió “Mexicanos artos (sic.)”, además de una lista de reclamos: “Corrupción”, “Impunidad”, “Violencia” y “Pobreza”.
 
El partido terminó, México ganó y bla bla bla... De pronto, una vez que la televisora corta la transmisión, entra un spot del Gobierno Federal que nos anuncia los miles de kilómetros que se han construido de carreteras y del sistema ferroviario que conectará México y Toluca así como México y Querétaro... ¿Qué? Sí, esa fue la respuesta inmediata frente a lo acaecido con el "profeta de la cancha" como le bauticé. Pero no sólo fue uno, no, en menos de diez minutos se aventaron seis spotos del Gobierno Federal recordándonos que ha cumplido sus promesas. Me quedé en shock.

¿Qué hay detrás de todo esto? En primer lugar, me pareció enormemente plausible el valor del "profeta de la cancha" porque nos recuerda que no basta el pan y circo con el que desvían nuestra atención (que conste que me incluyo), sino que hay que tener presente la realidad que acontece en nuestro país. Y no se trata de responder que eso no tiene nada que ver conmigo y con mi vida, porque seguramente somos millones de mexicanos pensando eso, sino que se trata de asumir que nuestra sociedad ya está cansada, estamos cansados, de tanto de lo mismo, de la corrupción, de la impunidad, del mal gobierno... Criticamos pero no hacemos nada. Ayer este valiente se atrevió a romper con el conformismo que nos caracteriza y se lanzó al terreno de juego, en donde encontramos a nuestros guerreros y se atrevió a anuncia y denunciar, como lo hacen los profetas, la realidad que vive nuestro país y que muchas veces no queremos ver.

La respuesta de parte del gobierno fue enfatizar que no pasa nada, que ellos están trabajando por construir un México mejor. ¿Qué de verdad están ciegos o se hacen los ciegos? Ayer, un país entero, o por lo menos los que gustamos del fútbol, fuimos testigos de algo que en mi memoria, no había sucedido anteriormente: un aficionado manifiesta su malestar, su inconformidad en contra del gobierno, en un partido de la Selección Mexicana.

Increíble la afronta con la que tenemos que caminar constantemente. No puedo evitar recordar este cortometraje producido por Circo Volador en 2009, que, paralelo a la comisión del Bicentenario, también se dispusieron a ¿celebrar? los 200 años de la Independencia de México y 100 de la Revolución.


Que tengan buena semana y a disfrutar del fútbol, buenas noticias y una que otra patada.

                                                                                                                                                                      Tisca, SJ
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